“Estamos entrando en una nueva era. Es la era donde la última frontera no es el espacio, como dirían en Star Trek, sino la Mente” (Fred Alan Wolf)
“Todos los tesoros celestiales y los enigmas ocultos que no han sido resueltos durante generaciones serán descubiertos en la Era de Acuario” (El Zohar)
La Nueva Era
La filosofía
Nacida en la segunda mitad del siglo XX, la Nueva Era (New Age) es un nuevo paradigma resultado de la fusión de diversos movimientos de tipo holístico, místico, espiritual, oriental, esotérico, ecológico, astrológico y gnóstico. Sus características principales son:
Búsqueda del sentido de la existencia mediante la reivindicación de la dimensión espiritual perdida (al margen de las religiones organizadas) y de una mística más amplia, configurada como experiencia de la totalidad o plenitud.
Rechazo del dogmatismo, de los sistemas rígidos de creencias, de las doctrinas cerradas. Revisionismo de las verdades oficiales. La verdad puede ser descubierta a nivel individual, sin la ayuda de autoridad alguna.
Frente a la fragmentación de los saberes humanos y de la pérdida del sentido del todo, búsqueda de una nueva conciencia unificadora, de la esencia última que conecta todas las cosas, de una cosmovisión, de una visión global y holística de la realidad, de un conocimiento superior y profundo (gnosis), de las dimensiones superiores que expliquen y fundamenten la realidad. En definitiva, trata de unificar ciencia y religión.
Aceptación de la filosofía oriental y del pensamiento intuitivo como complemento esencial del racionalismo occidental. La intuición es la vía para acceder a las verdades profundas.
Interés en la metáfora, en el pensamiento analógico y en la creatividad.
Destaca el importante papel de la imaginación, como facultad fundamental del alma (y no de la mente, como se suele afirmar).
Aceptación (prácticamente unánime) del carácter cíclico de la existencia (reencarnación) como mecanismo de evolución individual.
Fascinación por las manifestaciones extraordinarias (experiencias paranormales, contacto con entidades de otras dimensiones, etc.).
Transformación (incluso transmutación) y auto-realización personal mediante la práctica de la meditación, con el objeto de experimentar nuestra realidad más profunda (nuestro yo superior), trascender la realidad aparente (diferenciadora y manifestada) y caminar hacia lo Absoluto, el Espíritu Universal (indiferenciado o no-manifestado). Esta transformación personal se corresponde con el desarrollo del conocimiento intuitivo y es experimentada como despertar, liberación y unificación (con eliminación de fronteras).
Aplicación de terapias alternativas (medicinas “blandas”) que curan a nivel holístico y que permiten identificar las raíces profundas de la enfermedad y su significado. Creencia en el poder curativo de la mente.
Se intenta superar toda forma de dualismo mediante la armonización de los opuestos: oriente y occidente, ciencia y humanismo, cuerpo y mente, materia y espíritu, lo objetivo y lo subjetivo, lo finito y lo infinito, lo masculino y lo femenino, lo terrestre y lo celeste, lo absoluto y lo relativo. Es la armonización de los dos hemisferios cerebrales. Transcendiendo la dualidad se amplía la consciencia.
Propugna organizaciones no jerarquizadas y entornos de tipo cooperativo, abierto y creativo.
Búsqueda de la armonía en todos los planos (físico, mental, emocional y espiritual).
Frente a las complicadas explicaciones ofrecidas por la ciencia y la religión, busca soluciones simples y al alcance de todos, intentando poner orden y comprensión ante lo aparentemente disperso, caótico y desintegrado.
Respeto por la ecología, por el medio ambiente y todas las formas de vida.
Concepción de la humanidad, del mundo y del universo como un todo orgánico, como un organismo vivo, como una red de relaciones dinámicas.
Fascinación por la ”nueva física” y su búsqueda de una teoría unificada.
Defensa de la existencia de un conocimiento o filosofía perenne, común a todas las religiones, pues todas las religiones se fundamentan en las mismas verdades transcendentes.
Concepción de la idea de Dios principalmente como monismo o panenteismo:
En el monismo todo lo que existe proviene de una única fuente (Dios). Las diferencias entre las cosas son ilusorias. La realidad profunda es fundamentalmente espiritual.
En el panenteismo, todo lo que existe está en Dios, pero Dios trasciende al universo. Dios es el principio, la esencia, el centro y el origen de todo lo que existe.
Búsqueda, más o menos consciente, del Centro, del campo de todas las posibilidades y la fuente de todas las manifestaciones. Desde ese punto privilegiado toda la realidad es inteligible, comprensible y donde todo está conectado.
El paradigma holográfico se considera el paradigma de la Nueva Era. Este paradigma establece que el mundo real está constituido o construido a partir de principios generales, através de los cuales el todo se manifiesta envuelto en cada una de sus partes, y las partes envuelven a su vez al todo.
MENTAL y la Nueva Era
La Nueva Era ha coincidido con la gran explosión y difusión de las tecnologías de la información, que están contribuyendo decisivamente a crear una conciencia global. Internet, metáfora del universo mental y de la conciencia del planeta, es un marco global de comunicación en donde se superan las limitaciones espaciales y temporales. Es también un espacio (virtual) de libertad, flexible y abierto. Pero la revolución de Internet necesita un lenguaje nuevo, un lenguaje asociado a la conciencia unificada. Este lenguaje puede ser MENTAL.
Prescindiendo, evidentemente, de los aspectos espirituales, místicos y parapsicológicos, la filosofía unificadora de MENTAL tiene paralelismos claros con el movimiento de la Nueva Era, con la que el autor de esta obra se siente identificado:
Es un paradigma unificador, que aporta una nueva conciencia global.
Se fundamenta en principios intuitivos, que son arquetipos de la conciencia, categorías filosóficas, dimensiones o grados de libertad mental.
Es un lenguaje esencialista que permite relacionar dominios que antes parecían diferentes y desconectados. Se diluyen las fronteras entre los dominios.
Es un lenguaje simple, pero poderoso.
Es un lenguaje libre y abierto en el que es posible definir nuevos axiomas, reglas, lenguajes, etc.
Es un lenguaje creativo.
Armoniza los dos modos de conciencia asociados a los dos hemisferios cerebrales: teoría y práctica, sintaxis y semántica, lo cualitativo y lo cuantitativo, lo constructivo y lo descriptivo, lenguaje y metalenguaje, lo real y lo imaginario, mundo interno y mundo externo, holismo y reduccionismo, etc.
Supone un retorno a los orígenes, a la búsqueda de unos nuevos principios y una nueva conciencia.
Adenda
La Era de Acuario
La Tierra tiene tres movimientos: de traslación anual alrededor del Sol, de rotación diaria sobre su propio eje y un movimiento de precesión de su propio eje que dura 25.776 años (dividido en 12 eras de 2.148 años). Cada era se asocia a una constelación del Zodiaco. La era de Piscis se corresponde con el cristianismo y acabaría en una fecha no muy precisa (según los diferentes autores, varía desde 1962 hasta 2376). La era siguiente, la de Acuario, se asocia a la Nueva Era, una era de síntesis, de cambio de conciencia, de cambio interior, de cambio dimensional, de paz, libertad, inteligencia intuitiva, creatividad e iluminación. Acuario es el símbolo de libertad.
Se considera que el manifiesto de la Nueva Era o Era de Acuario es el libro “La Conspiración de Acuario”, de Marilyn Ferguson [2007].
Orígenes de la Nueva Era
Emanuel Swedenborg se considera el inspirador y precursor de la Nueva Era:
Promovió la unión de ciencia y religión. Él mismo fue científico hasta los 56 años, edad en la que reorientó su vida hacia la espiritualidad a raíz de una experiencia religiosa (afirma que se le apareció una persona que se identificó como Jesucristo).
Exploró el mundo de lo invisible (las otras dimensiones) con rigurosa precisión científica. Y reveló los secretos de la vida después de la muerte.
Asignó significado simbólico-esotérico a los textos sagrados con la llamada “doctrina de la correspondencia”. Por ejemplo, los siete días del Génesis se corresponderían con los siete chakras (centros energéticos del cuerpo, según las enseñanzas hindúes).
También se consideran precursores de la Nueva Era, Helena Blavatsky (fundadora de la Sociedad Teosófica) y Rudolf Steiner (creador de la Antroposofía), claramente influídos por Swedenberg. Pero el movimiento de la Nueva Era como tal (sensu stricto) empezó con Alice Bailey, que realizó su fundamentación espiritual y esotérica:
Antiguo miembro de la Sociedad Teosófica, creó su propia escuela (la escuela Arcana).
Afirmaba recibir mensajes (por clariaudiencia) de maestros invisibles (de la Jerarquía Oculta). Canalizó muchos libros, entre ellos “Discipleship in the New Age” (El discipulado en la Nueva Era).
Propugnó una nueva espiritualidad, una nueva religión universal, basada en las verdades esenciales de todas las religiones.
Enfatizó el tema de la unidad como el elemento fundamental de todo lo existente.
Su doctrina de los siete rayos afirma que en la realidad manifiesta subyacen siete principios espirituales (o energías fundamentales). Todo es energía y la energía se manifiesta como vida y conciencia. El universo está vivo. La conciencia individual debe ser trascendida y evolucionar hacia el Ser Universal.
Los movimientos Nueva Era
La Nueva Era ha ejercido una gran influencia en todos los campos: ciencia, religión, arte, medicina y salud, educación, etc. Son innumerables los autores que han contribuido a la nueva conciencia que representa la Nueva Era, entre los que podemos destacar, entre otros, los siguientes:
William James (la religión como experiencia, no como dogma).
Teilhard de Chardin (teoría del punto Omega). La evolución es el principio dinámico del universo y su propósito es el logro de la conciencia máxima (punto Omega). Principio de “unitariedad”: conciencia, espíritu y vida existen en todos los niveles de la existencia.
Carl Jung (inconsciente colectivo). Jung trató de armonizar psicología y esoterismo. Presentó una cosmovisión esotérica en términos psicológicos y enriqueció la psicología con conceptos esotéricos.
Aldous Huxley (la “filosofía perenne”, el núcleo común a todas las religiones).
David Bohm (teoría del orden implicado). La realidad profunda corresponde a un orden plegado, inmanifiesto. La realidad superficial corresponde al orden desplegado, manifiesto.
Karl Pribram (el paradigma holográfico). Se considera el paradigma por excelencia de la Nueva Era: en el universo cada parte es un reflejo de la totalidad y la totalidad se refleja en cada parte.
Roberto Assagioli (psicosíntesis). Complemento al psicoanálisis, contempla a la persona a nivel holístico, como un todo.
Sri Aurobindo (yoga integral). El propósito del yoga integral es el autodesarrollo interno para alcanzar la identidad consciente con lo divino, la Supermente, el principio unificador de la materia, la vida y la mente.
Maharishi Mahesh Yogi (Meditación Trascendental). La meditación como vía para alcanzar la conciencia pura, la conciencia unificada de donde surgen los pensamientos.
Abraham Maslow (psicología humanista).
Alexander Lowen (bioenergética).
James Lovelock (hipótesis Gaia: la Tierra como organismo vivo).
Rupert Sheldrake (campos morfogenéticos).
Ken Wilber (la unidad de la conciencia).
Claudio Naranjo, Ken Wilber y Stanislav Grof (psicología transpersonal). La psicología más próxima a la Nueva Era, estudia la psicología de los estados alterados de conciencia, en los que se transcienden los límites del yo.
Joseph Campbell (el mito del viaje del héroe como metáfora del crecimiento espiritual y psicológico, como auto-descubrimiento y como auto-realización).
Fritjof Capra (el Tao de la Física). Los paralelismos entre la física y el misticismo oriental.
Ervin Laszlo (hipótesis del campo Akásico o de in-formación como teoría integral del todo).
Brian Weiss (terapia de regresión a vidas anteriores).
También hay que destacar el movimiento contracultural (de los años 1960s y 1970s), cuyos principales promotores fueron John Lilly, Timothy Leary, Gregory Bateson, Albert Hofman y Werner Erhard.
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